Fundamentos teóricos del Método H
(No necesario para seguir el programa, solamente por curiosidad si conoces algo sobre psicología y te interesa leerlo).
¿Qué es el Método H?
Es
un método psicológico diseñado para fomentar el bienestar y para trabajar el
malestar leve-moderado, ya sea ansiedad o problemas de estado de ánimo. Es una
forma de terapia transdiagnóstica, aunque también podría ser considerado como
una forma de desarrollo de la inteligencia emocional. Todo dependerá del
público diana al que vaya dirigido.
¿En que se basa?
Está
ideado en base a los aspectos existentes en otras formas de intervención
psicológica que parecen funcionar. En concreto, el Método H toma prestados
conceptos de la terapia cognitiva, de la terapia de la conducta, del
Mindfulness, de los procedimientos de desarrollo en Inteligencia Emocional
basados en técnicas cognitivo-conductuales, de los métodos de terapia
transdiagnóstica, de los procedimientos utilizados en las terapias de tercera
generación o de la psicología básica.
Justificación teórica
Si
analizamos los diferentes programas que existen en psicología y que funcionan
para trabajar con el malestar como la ansiedad o los problemas del estado de
ánimo, encontramos muchas similitudes entre todos ellos. Eso por no mencionar
que son las características del psicólogo y de la interacción las que
proporcionan parte del efecto.
En
muchos lugares están presentados como cosas muy distintas unos de otros, pero si
uno acude a las fuentes originales, puede acabar dándose cuenta de que más bien
parecen versiones de una misma cosa o por lo menos no son tan diferentes como
puede parecer en un principio. Se puede decir que la mayoría de los libros
tratan con “hombres de paja”, con estereotipos sobre las distintas corrientes, sin
detenerse o desarrollar a fondo cada una de ellas. Así, se puede llegar a creer
que los conductistas no trabajan con los pensamientos, que Ellis es un autor
cognitivo que no usa estrategias conductuales y que en el Mindfulness no se
cambian pensamientos. Sin embargo, cuando se busca información sobre distintas
terapias, métodos y técnicas, se puede llegar a dudar de estas afirmaciones,
pues tienen en realidad más en común entre todas ellas de lo que puede parecer
al hacer un análisis superficial.
Por
ejemplo, los conductistas sí tienen en cuenta los pensamientos, aunque lo
llamen conductas privadas. Los cognitivos sí trabajan con la conducta para
modificar los pensamientos (como lo harían los conductistas). Para que nos
hagamos una idea, Ellis en uno de sus libros declara que su terapia es
cognitivo-conductual desde el principio. De hecho, el primer contacto que tuvo
él con la terapia fue con la de la conducta, que él mismo se autoaplicó a los
18 años para perder el miedo a hablar con mujeres, para lo cual abordó a más de
100 desconocidas en Central Park en Nueva York.
Él
mismo declara que desde el comienzo tuvo muy presentes los aspectos
conductuales de la terapia y sin embargo se le tacha de autor icono de la
terapia cognitiva junto con Beck (tomándolo como estrictamente cognitivo).
También
se dice que en la terapia cognitiva se pide un cambio en la forma de pensar
mientras que en Mindfulness por ejemplo, se propone la aceptación. Se suele
argumentar que no aceptar nuestras emociones y los pensamientos disfuncionales
trae problemas y por eso la terapia cognitiva no es del todo adecuada. Pero de
nuevo, si vamos al fondo del asunto, en Mindfulness al final acabamos
encontrando en todos los manuales un apartado dedicado a enseñarnos a no
dramatizar, a no aplicar ideas rígidas sobre la realidad, a no usar exigencias
perfeccionistas o “deberías” innecesarios.
Curiosamente
eso mismo es lo que aparece en Ellis por ejemplo. Ellis nos pide cambiar
pensamientos levemente, sí, pero son precisamente las ideas dramatizadoras las
que nos pide alterar (igual que se hace normalmente en Mindfulness). O por lo
menos los procedimientos de Mindfulness se acompañan habitualmente de dichas
pautas aunque pudieran no considerarse estrictamente como parte del
procedimiento. Ellis no nos dice que no aceptemos nuestro mundo emocional y de
hecho el afrontamiento racional emotivo se basa en la aceptación al igual que
en el Mindfulness.
Tanto
en la meditación (desde hace miles de años), como en la mayoría de las terapias
actuales en occidente, se practica el autoconocimiento a través de la auto-observación.
De hecho, para eso sirven en parte los auto-registros y las evaluaciones. Ellis
promovía experiencias de autoconocimiento similares a las del Mindfulness
también.
Por
otra parte, el Mindfulness (que aparece de un modo omnipresente en las terapias
de tercera generación) conecta con la terapia de la conducta. De hecho, los
mecanismos del Mindfulness se intentan explicar en muchas ocasiones mediante
principios básicos empleados en la misma. Por ejemplo, se promueve la
exposición a las propias emociones, lo que probablemente tenga un efecto
beneficioso. Se induce también la
relajación al mismo tiempo que se practica la técnica.
¿El
hecho de no juzgar no es un cambio de tipo cognitivo? Lo que se intenta
observar, ¿no es precisamente el funcionamiento de nuestra mente y nuestro
organismo y por lo tanto una parte muy importante no son nuestros pensamientos?
Los
marcos teóricos también parecen muy distintos pero igual no lo son tanto. La
Teoría de los Marcos Relacionales en la que se basa la ACT, podría considerarse
una versión distinta pero parecida de la teoría de esquemas cognitivos. Seguro
que más de uno se llevaría las manos a la cabeza con esta afirmación, pero bien
pensado, ¿tiene cierto sentido? La persona responde al marco relacional y no al
estímulo físico (teoría de los marcos relacionales), igual que responde al
riesgo imaginado (ansiedad por sobreestimación de la probabilidad) en vez de al
real (teoría cognitiva).
Las
palabras adquieren las funciones de los eventos igual que las ideas sobre el
riesgo afectan como los peligros reales. Las consecuencias prácticas: unos terapeutas
intentan cambiar el pensamiento antecedente y los otros intentan fomentar la
de-fusión. En ambos casos se intenta trabajar mediante estrategias
metacognitivas para modular la influencia del pensamiento antecedente (como se
dice que hay que hacer según los fundamentos de la TCC transdiagnóstica) quitándole
así credibilidad. En ambos casos la cosa parece funcionar.
En resumen,
las terapias más conocidas que se sostienen en la evidencia empírica parecen
muy distintas unas de otras cuando se suelen presentar, pero analizadas en
detalle, gran parte de las mismas parecen tener muchos puntos en común.
No
solamente eso, sino que los tratamientos para distintos transtornos también
siguen unas pautas comunes, tal y como se defiende desde las propuestas de
tratamiento transdiagnóstico. Hay pautas que pueden ayudar en la ansiedad y la
depresión y por ese motivo una misma terapia puede solucionar problemas que en
apariencia hasta ahora parecían distintos.
Dándole
vueltas a todo esto, he creído que se podría hacer un método sencillo que
aunara los elementos de mayor impacto de los distintos métodos y que se pudiera
enseñar de forma muy simple. Y es en ese momento, cuando se me ocurrió esa
idea, que apareció al mismo tiempo una pregunta en mi mente: ¿cómo se crean las
terapias psicológicas?
¿Cómo se crean las terapias
eficaces (tratamientos estandarizados)?
Normalmente,
cuando los psicólogos planean crear un nuevo método de intervención de forma
consciente, buscan principios básicos que explican la conducta y en base a esos
principios crean técnicas. A veces las técnicas están ya creadas (lo que
llamamos técnicas de modificación de conducta) y lo que se hace entonces es usar
alguna de ellas o crear programas combinando varias de estas técnicas en
paquetes de tratamiento más o menos complejos para solucionar problemas
específicos. En ocasiones, los programas más completos tienen menor impacto que
los más sencillos, probablemente gracias a la complejidad de su aprendizaje.
Teniendo en cuenta esto, me puse a pensar en qué elementos debería tener el
Método H. Debía de ser algo muy sencillo y comprensible y que juntara aquellos
aspectos más importantes. Además, explicados con la máxima sencillez.
Según
Barlow, una terapia transdiagnóstica para los trastornos del bloque
ansiedad-depresión, debería abordar los siguientes puntos:
(a)
Reevaluar cognitivamente: La modificación de las evaluaciones antecedentes.
Sobre todo tener muy en cuenta el catastrofismo y el hecho de pensar que un
suceso negativo es más probable de lo que sucede en realidad.
(b)
Intentar que no se eviten conductas, pensamientos, emociones…
(c)
Conseguir un control sobre la tendencia a la acción facilitada por la emoción
alterada, logrando otra forma de actuar elegida conscientemente.
A
la hora del diseño del método H he tenido en cuenta los supuestos teóricos propios
del tipo de terapia transdiagnóstica, aunque he reunido aportaciones de otras
formas de terapia transdiagnóstica que por definición no se incluyen bajo este
nombre (como las de tercera generación -ACT por ejemplo). He añadido o modificado
algunos puntos también. El aspecto social me parece importante por ejemplo, así
que he sumado un pequeño apartado de habilidades sociales y asertividad. La
asertividad es el elemento de mayor impacto de las habilidades sociales y las
habilidades sociales parecen de gran importancia para un amplio abanico de
trastornos. He sustituido en parte el mini-entrenamiento en HHSS por la técnica
de solución de problemas aplicada a problemas sociales que se utiliza en los
procedimientos estándar que se están probando en atención primaria en nuestro
sistema sanitario como referencia de tratamientos transdiagnósticos para
ansiedad-depresión. Creo que puede ser más sencilla la opción aquí expuesta y
por lo tanto que a la larga eso va a ayudar a que se produzca una mayor
generalización. Aunque he pensado que podría añadirse un apartado de solución
de problemas aplicado a cuestiones sociales también (dada la aportación de la
técnica en la ayuda de una mayor flexibilidad en las soluciones conseguidas
mediante su uso por parte del paciente). Al final lo he dejado fuera, pero es
algo que tendría sentido añadir. Otros dos puntos creo que podrían acoplarse
también, como es el hecho de poner énfasis en que no necesitamos muchas cosas
para ser felices o aprender a tomar conciencia de lo bueno que hay en nuestra
vida. Al final, he pensado para una buena combinación en los siguientes
ingredientes:
1- Un
sistema de trabajo cognitivo-emocional con los pensamientos y emociones (basado
en Mindfulness y terapia cognitiva pero sin largos entrenamientos ni meditación
formal, tal y como se hace en terapia dialéctica conductual).
2- Entrenamiento
muy muy sencillo en habilidades sociales y sesgos cognitivos asociados a las
relaciones y toma de conciencia de la importancia del apoyo social.
3- Conocimiento
de las bases fisiológicas del bienestar: comer bien, dormir bien y alimentarse
de forma saludable.
4- Herramientas
para conseguir objetivos
5- Activación
conductual
6- Generación
de una adecuada interacción psicólogo-cliente.
Todos
estos elementos son enseñados mediante el empleo de versiones muy simplificadas
de la teoría en forma de experiencias divertidas para una mayor comprensión del
funcionamiento de nuestra mente. Éste es un factor muy importante de este
método. Las experiencias sirven además para promover una mayor motivación. De
hecho, la combinación muy simplificada de esos 6 puntos sumada al empleo de
esas experiencias es lo que le confiere identidad al método desde mi punto de
vista. También no solamente la selección de estos apartados, sino el uso de
unas experiencias y conceptos concretos y la simplificación de los mismos
dejando unas determinadas partes de cada uno. Es decir, por ejemplo, a la hora
de simplificar la enseñanza de HHSS se pueden dejar unas cosas u otras y
enseñarlo mediante unas experiencias u otras. He intentado hacer
simplificaciones de cada parte seleccionando los elementos más sencillos de
comprender y asimilar y que mayor impacto pueden tener en la vida diaria. Las
experiencias divertidas se emplean del mismo modo en que se utilizarían las
metáforas, para ayudar a una mayor interiorización de los contenidos. Son
similares a las empleadas en museos de ciencia con carácter divulgativo, aunque
en este caso versan sobre la terapia psicológica. Ejemplos de este tipo de
experiencias los podemos encontrar en este trabajo y también en programas
televisivos como “Desafía tu mente”, que emiten ahora en la televisión pública
(Tve1). ¿Por qué no exponer a los clientes a la psicología de tal forma que
casi la puedan tocar y experimentar? ¿No es mejor eso que ninguna metáfora o
explicación teórica en su versión abstracta?
Y
una última cosa. Empleo como base el modelo de Salovey y Mayer de Inteligencia
Emocional para el desarrollo del programa que se compone de 4 partes: percepción
emocional, facilitación emocional del pensamiento, comprensión emocional y regulación
de las emociones. Esto está en consonancia también con las nuevas tendencias en
TCC transdiagnóstica, donde se hace más énfasis en la regulación emocional (y que
por lo tanto es compatible este modelo de la IE que recibe respaldo empírico
con los postulados de la terapia TCC transdiagnóstica). De hecho, muchos
programas modernos de entrenamiento en IE basados en el modelo de estos autores
utilizan técnicas cognitivo-conductuales y técnicas de tercera generación como
Mindfulness. Aunque en la práctica del Método H no es fácil separar bien los
apartados correspondientes de este modelo, se tiene en cuenta en su diseño a
modo de orientación pero empleándolo de manera flexible.
¿Qué objetivo persigue este método?
Objetivo: conseguir cierto
bienestar emocional
Pero
entendido como la eliminación de todos aquellos malestares innecesarios y
extras que nos generamos a nosotros mismos a menudo sin ninguna necesidad. Hay
que tener claro que en la vida se sufre a veces y no hay terapia ni método de
inteligencia emocional que nos lo evite. La vida a veces es dura, eso es así.
Aceptarlo es de hecho uno de los objetivos, ya que no hacerlo puede suponer un
problema añadido.
Eso
no quita que en muchas ocasiones, aun cuando todo nos vaya bien, podamos
amargarnos a nosotros mismos gracias a nuestros pensamientos, nuestros
complejos, a no ser conscientes de nuestros sesgos o no saber cómo podemos
animarnos de forma sencilla.
Con
este pequeño método pretendo crear una herramienta simple que pueda solucionar
en gran medida todos esos problemas extra que nos generamos sin necesidad.
¿Qué beneficios puede aportar el Método
H en relación a otros sistemas?
Por
una parte, una mayor comprensión con mucha más rapidez de nuestra propia mente
gracias al uso de experiencias divertidas, además de poderse apreciar de manera
tangible este funcionamiento. Por otra, el empleo de elementos de gran impacto
de forma muy simplificada, lo cual facilita además su uso y generalización a la
vida cotidiana así como su repaso y recuerdo.
De
momento no existen evidencias que demuestren la eficacia del Método H y por lo
tanto podría considerarse como un sistema en fase experimental (en el momento
de la escritura de este manual a finales de 2016), aunque debiera teóricamente
funcionar dada su similitud con otras formas de intervención eficaces (al igual
que el resto de métodos que funcionan se parecen entre sí).
¿Para quién es El Método H?
Está
pensado para todo aquel que lo quiera utilizar, siempre bajo la supervisión de
un psicólogo que se haga responsable del proceso. El autor no se hace
responsable de intentos autodidactas de poner en práctica este método solamente
mediante el uso de este manual.
Además,
el método podría no ser útil para algunas personas o cuando menos necesitar
adaptaciones para su empleo con las mismas. Puede ser el caso de quienes
padecen trastornos psicológicos graves, problemas de personalidad muy marcados,
psicopatía, personas con baja motivación o nulo interés por la mejora personal,
con ideas previas muy dogmáticas e incompatibles con el contenido del método, con
déficits cognitivos o de tipo intelectual importantes y tal vez, pudiera no ser
adecuado del todo por lo menos tal y como está formulado para personas con una
inteligencia muy superior a la media (a partir de CI de 130 aproximadamente). Son
éstas solamente afirmaciones de tipo especulativo, ya que se necesitaría
investigación para sacar conclusiones respecto a estos posibles condicionantes
sobre la aplicación del método). Sin más preámbulos, pasamos al contenido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario